proyecto de gestión pública @ EL ROL Y LA GE/11O0 EfflPRE/ARIAL DEL E/TADO foro © ESAN - Escuela de Administración de Negocios para Graduados Alonso Molina 1698 - Monterrico Chico - Lima Mayo 1986 PRESENTACION l. II. DOCUMENTO PREVIO: ALGUNOS INDICADORES E INTERROGANTES SOBRE LAS EMPRESAS PUBLICAS - A. Gallegos, A. Lozano, J. Pacheco l. 2. 3. Introducción Indicadores Interrogantes 3.1. Rol Empresarial del Estado 3.2. Mecanismos Institucionales Necesarios para el Ma nejo de las Empresas de Propiedad del Estado 3.3. Privatización de Empresas y Racionalización de la Actividad Empresarial del Estado FORO: "EL ROL Y LA GESTION EMPRESARIAL DEL ESTADO" l. 2. 3. 4. Palabras Inagurales Ponencias sobre el Rol tado y la Gestión Empresarial del 2. l. 2. 2. 2.3 2 .4. Senador Gastón Acurio Diputado Luis Alva Castro Senador Carlos Malpica Senador Mario Polar Ampliación o Réplica a las Ponencias 3.1. Senador Gastón Acurio 3.2. Diputado Luis Alva Castro 3.3. Senador Carlos Malpica 3.4. Senador Mario Polar Preguntas Es 4.1. Plan de Gobierno de Acción Popular - G. Acurio 4.2. Acciones que tomaría el APRA - L. Alva 4.3. Programa Mínimo sobre la Actividad Empresarial del Estado - C. Malpica 4. 4. Financiamiento Presupuestal - ~1 . Polar 4. 5. Sistema para Privatizar Empresas Públicas - G. Acurio 4.6. Déficit de las Empresas Públicas - L. Alva 4.7. Criterios para la Privatización de Empresas Pú blicas - C. Malpica 4.8. Operaciones de Salvamento Empresarial - M. Polar 3 5 6 9 9 10 13 15 16 22 26 31 36 36 37 40 42 43 43 43 45 45 46 46 47 48 P R E S E N T A C I O N El presente documento es el resultado del Foro" El Rol y la Gestión Empre sarial del Es tado", certamen organizado en octubre de 1984 por el Instit~ to de Desarrollo Económico (IDE ) de ESAN. Para estos efectos el ESAN/IDE­ elaboró un documento previo titula do: Algunos indicadores e interrogantes sobre las empresas públicas. En ese documento se presentaron suscintamente algunos resultados de la in --:; vestigación que sobre a spectos económicos y f inancieros de las empresas p~ blicas realizaba ESAN en el marco del Proyecto de Gestión Pública,llevado a cabo entre los años 1983 y 1985, gracias a un convenio con el Gobierno Peruano y el Banco Mundial. Dada la importancia del rol y la gestión empresarial del Estado en la ec~ nomía peruana, consideramos importante publicar las ideas y planteamientos que en esa oportunidad se expusieron, contribuyendo así al debate sobre el tema. Abril, 1986 César Peñaranda Castañeda Director Dirección de Investigac ión I. DOCUMENTO PREVIO: ALGUNOS INDICADORES E INTERROGANTES SOBRE LAS EMPRESAS PUBLICAS Armando Gallegos Amparo Lozano Jhony Pacheco Octubre 1984 I. DOCUMENTO PREVIO: ALGUNOS INDICADORES E INTERROGANTES SOBRE LAS EMPRESAS PUBLICAS* 1. INTRODUCCION La Investigación sobre la problemática administrativa de las empresas perua nas es uno de los objetivos fundamentales de la Escuela de Administració~ de Negocios para Graduados (ESAN). En este sentido, a nuestro criterio,uno de los aspectos administrativos más importantes, en las últimas dos décadas, es el de las empresas públicas (EP). Por tanto, el estudio de la realidad de las EP y de la actividad empresarial del Estado (AEE) así como el de las alternativas de política y gestión de las mismas, son de interés institucio nal en ESAN. En este documento se presentan algunos indicadores que surgen del avance de la investigación que está realizando ESAN, así como interrogantesydiversos elementos de juicio que pueden contribuir al diálogo sobre el tema. En una próxima oportunidad ESAN dará a conocer los resultados de la investí gación que adelanta 1 * 1 Para la elaboración de este documento se contó con la asesoría del Dr. Carlos Vega. Ver: A. Gallegos, A. Lozano y J. Pacheco, Mapa Económico Financiero de la Actividad Empresarial del Estado Peruano, Lima, ESAN, PGP, octu bre 1985 ( Nota de Edición) 6 2. INDICADORES En los siguientes cuadros se presenta algunos indicadores sobre la AEE. La inf ormación muestra el número de empresas, el tamaño relativo de las empresas y de los grupos de empresas, así como indicadores so bre el tamaño y la rentabilidad de la AEE. Cuadro Nº 1 NUMERO DE EMPRESAS DE PROPIEDAD DEL ESTADO (Al 31.12.82) Fuentes Número de Empresas l. Ministerio de Economía, Finanzas y Comercio (1) 156 2. Contraloría General de la República(2) 123 3. CONADE (3) 153 4. ESAN (4) 192 (1) Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros, MEFC. (2) Listado interno, Contraloría General de la República. (3) Memoria 1982 , CONAD C. (4) DepartameP.to de Investigación. ESAN. Elaboración: ESAN, Departamento de Investigación Cuadro Nº 2 EMPRESAS SEGUN CATEGORIA JURIDICA* (Al 31.12.82) Organizaci'ón Jurídica Número Derecho Público 15 Derecho Privado 64 Economía Mixta 41 Accionariado del Estado 18 Empresas excluídas por el D.L. 216 54 Total: 192 * De acuerdo al D.L. 216 Elaboración: ESAN, Departamento de Investigación % 8.0 33.3 21. 3 9.2 28.2 100.0 Año 1972 1976 1982 7 Cuadro Nº 3 PATRIMONIO DE LA AEE RESPECTO DEL PBI* (Al 31.12.82) * No incluye a las empresas financieras Elaborac ión: ESAN, Departamento de Investigación Cuadro Nº 4 % del PBI 8 lJ 18 ALGUNOS INDICADORES AGREGADOS PARA 70 EMPRESAS* (Al 31.12.82) Pattimonio Capital Social Utilidades Billones de Soles 2 .7 l. 6 - 0.3 * Incluye a las 16 empresas que concentran e l 90% del patrimonio del Estado en la AEE. No incorpora empresas financieras Elaboración : ESAN, Departamento de Investigación * 8 Cuadro Nº 5 IMPORTANCIA DE LAS EMPRESAS EN FUNCIONAL PATRIMONIO DE LA AEE (Al 31.12.82, en miles de millones) % del total del Empresa Patrimonio patrimonio -- Electroperú 804,924 19.7 Petroperú 214 ,852 5.2 El ec trol ima 199,668 4.7 Mineroperú 191,719 4.7 Centromi.nperú 141,450 3.4 46 Empresas Trans ferI bles* 120,000 2.9 Resto de empresas 2'416,387 59.4 Total: 4'089,000 100.0 Empresas que podrían ser transferidas según el Proyecto de Ley en debate en el Congreso de la República. Elaboración: ESAN, Departamento de Investigación Cuadro Nº 6 GRUPOS DE EMPRESAS EXISTENTES A DlClEMBRE DE 1982 Grupo Número de Empresas Grupo ICSA 35 Grupo Electroperú* . 8 Grupo Mineroperú 23 Sub-grupo Centromínperú 13 Grupo Petroperú J Grupo Pescaperú 8 Grupo Banco de la Nación 64 Sub-grupo Banco Continental 9 Sub-grupo naneo Popular 34 Otras empresas 51 Total: 192 * Antes de la regionalización Elaboración: ESAN, Departamento de Investigación 9 3. Interrogantes 3.1. Rol Empresarial del Estado La definición del rol empresarial del Estado depende de cómo se conciba su papel en la economía nacional. La importancia del Es tado en la e conomía peruana se re f leja en su alta participación­ en el PBI. No obstante ello, existen diversas opiniones sobre su rol. Algunas interrogantes: ¿Define la Constitución de 1979, con suficiente claridad, el rol del Estado en l a e conomía y el a lcance de su acción empresarial? ¿El pluralismo e conómico que consagr a la Constitución significa que la acción empresaria l del Estado debe ser supletoria a la a c tividad privada? ¿En qué sectores debería el Estado ejercer su acción empresarial? ¿Debe tener límites l a acc ión empresarial del Estado? ¿ De qué naturaleza deberían s e r ellos? 3.2.Mecanismos Institucionales Necesarios para el Manejo de las Empresas de Propiedad del Estado. El rápido crecimiento del número y tamaño de las empresas de pro piedad estatal en l a s últimas dos décadas no ha ido acompañado - de un desarrollo apropiado de los mecanismos institucionales y técnicos que permitan una a rticulada gestión de la actividad em presarial del Estado. La insuficiencia de dichos mecanismos institucionales y técnicos explicaría en gran medida el no cumplimiento de los objetivos que se plantea el D.L. 216 que regula la Actividad Empresarial del Estado. Las políticas de inversiones, prec ios,tarifas y el manejo f inanciero de las empresas son en genera l po co satisfact~ rías. Además, se presentan serios problemas en los sistemas ad ministrativos. Si existe de f iciencia a nivel de empresa individual, el problema se hace más complejo cuando se trata del manejo a nivel de gr~ "h ld . f . . " " . " " pos de empresas - o ing 1nanc1ero , grupo m~nero , empresas del sector petróleo", "grupo ICSA", "empresa s del sub-sector ele~ tricidad", etc. La situación actual de estos grupos empresari~ les aún no constituye un "todo a rmónico y ordenado", como lo se ñala el D.L. 216. Algunas interrogantes: ¿Qué formas debe toma r la participac ión del Estado? Se dis cuten hoy en día dif erentes esquemas sobre el marco instit~ cional más conveniente. ¿Se debe seguir tratando de 2 10 implementar el esquema propuesto en el D.L. 216 con CONADE como el eje central? ¿Se debe más bien constituir varios holdings empresariales independientes? ¿Es aconsejable mantener grupos de empresas bajo la dirección de ministe ríos? ¿Cuál sería la forma más adecuada para manejar las relacio nes entre las empresas' y los vínculos ínter-sectoriales? ¿Bajo qué criterios y mecanismos se debería evaluar el de sempeño de las EP? 3.3. Privatización de Empresas y Racionalización de la Acti- vidad Empresarial del Estado En la actualidad el Congreso está considerando un Proyecto de Ley, ya aprobado en la Cámara de Senadores, que recomienda la privatización de 46 empresas y la reducción de la participación del Estado en 50 empresas. Las empresas públicas juegan y posiblemente seguirán jugando un rol clave en toda estrategia de desarrollo en la que el Perú se inscriba en el futuro avizorable. El debate fundamental sobre las EP no debe centrarse en la discusión de cuántas y cuáles em presas se deben privatizar sino en cómo hacer que las empresas se administren eficientemente. El núcleo central de EP -aprox_!. madamente aquellas que integran el 90% del patrimonio de la acti vidad empresarial del Estado y que son las 16 empresas más gra~ des 2 , son y al parecer serán de propiedad del Estado, aún en opi nión de los grupos políticos con la concepción más liberal de de sarrollo en nuestro país. Discutir sólo· sobre privatización es fijar la atención en el 2. 9% del patrimonio empresarial, cuya per manencia en manos del Estado es cuestionable, y olvidar la pro blemática de empresas muy importantes que concentran el 90% del patrimonio. En consecuencia, el debate sobre la privatización de un grupo de EP si bien es relevante, debe ser necesariamente complementado con la reflexión acerca de otros temas de mayor trascendencia. El patrimonio de las 46 empresas será, a diciembre de 1984, de aproximadamente 500,000 millones de soles; 26 de ellas tuvieron un resultado económico negativo en el ejercicio 1982, acumulando pérdidas por 50,000 millones de soles, aproximadamente. Algunas Interrogantes: La razón prioritaria para privatizar es ¿racionalizar la AEE o contribuir a financiar el Presupuesto de la Repúbl_!. ca? Ver: CONADE, Memoria 1982 11 ¿Cuál es el monto que podría obtenerse en caso de que se vendan a l gunas empresas? ¿Interesará a empresarios privados adquirir tales empresas? ¿en qué condiciones? ¿Podrán ser vendidas las 26 empresas que al 31.1 2 .82 arrojaban pérdidas? ¿Tiene el se c tor privado recursos suficientes para adquirir las empresas a privatizar? ¿Debiera emplearse la privatización de tales empresas para fomentar el acc ionariado dif undido? ¿qué mecanismos p~ drían ser empleados? ¿Qué criterios se emplearon para seleccionar a las 46 ero presas ? II. FORO: "EL ROL Y LA GESTION EMPRESARIAL DEL ESTADO" II. FORO "EL ROL Y LA GESTION EMPRESARIAL DEL ESTADO" 1. Palabras Inaugurales* * Buenas noches, dama s y caballe r os . A nombre del Instituto de Desarro llo Económico de ESAN, del Decano de nuestra Escuela, señor Ricardo Rey Polis y del que habla , les quiero da r las más cordial bienvenida a todos ustedes y muy en par ticul ar a los distinguidos expositoresque nos acompañan esta no che en e l Foro s obr e el Rol y la Gestión Empres~ rial del Estado . Quisiera aprovecha r este sal udo introduc torio para dirigirme a los se ñores periodistas presentes y f elic itarlo s por su día, hoy 1° de oct~ bre. El rol del Estado en l a economía y , muy en particular, el rol y la ges tión empresarial de l Es t ado en la realidad peruana, es indiscutibl~ mente un elemento primordial para el desarrollo económico del pa ís. Es para nuestra economía gravitante el peso del Estado. Por ello, ESAN, a través de su Departamento de Investigación y como parte del Proyecto de Gestión Pública, con el apoyo del Ministerio de Economía, Finanzas y Comercio y del Banco Mundial, está investigando el tema Dr. César Peñaranda Castañeda, Director de la Dirección de Investig~ ción y de ESAN/IDE 16 materia de este Foro cuyos resultados serán de conocimiento público, esperamos, en breve plazo . Un adelanto preliminar de este trabajo fue entregado a ustedes en el documento "Algunos indicadores e inte rrogantes sobre las Empresas Públicas Peruanas". Paralelamente con ello, y siempre como parte del Proyecto de Gestión Pública, hemos considerado de suma relevancia el debate de este tema en la forma más amplia posible, y . con la participación de los secto res público , privado y académico . Esta es la razón que motiv~ el Fo ro que realiza hoy nuestro Instituto. Para llevar adelante el mismo hemos invitado a cuatro destacados representantes del Congreso perua no que han mostrado preocupación por el tema y que lo han venido m~ nejando permanentemente, en diferentes circunstancias. Me refiero al Senador Gastón Acurio, al Diputado Luis Alva, al Senador Carlos Malpl ca y al Senador Mario Polar. A ustedes nuevamente les reitero nues tro agradecimiento por su gentil participación como expositores en es te Foro. Finalmente, quisiera muy brevemente explicar la mecánica del Foro . Ca ? da uno de los expositores por orden alfabético, va a tener quince mi nutos iniciales para hacer la presentación del tema. En la segunda parte van a disponer, en el mismo orden, de cinco minutos para amplia c ión o réplica, según el caso . - Finalmente, hemos previsto una sección referida a preguntas que uste des deseen fo rmular, las que agradeceremos se realicen por escrito, para ello recibirán más hojas que serán recogidas oportunamente con las preguntas que tengan a bien formular. No quisiera extenderme en este breve preámbulo y sin mayor comentario le cedemos la palabra al Senador Gastón Acurio. 2. IUIDCIA SCERE EL ROL Y LA GES'l'IOO EMPRESARIAL DEL ESTAlX) 2. 1 Senador Gastón Acurio Ante todo, debo agradecer la gentileza que ha tenido la Escuela de Administración de Negocios para Graduados al invitarme, con juntamente con distinguidos dirigentes de otros partidos políti cos, a exponer sobre el tema del Rol y la Gestión Empresarialdel Estado. El título del tema a exponerse permitiría un tratamien to amplio del rol empresarial y extensivamente del rol promocio nal del Estado, pero las precisiones que se hacer. en el documento preparado por el Departamento de Investigación de E.SAN para este Foro, vinculando este rol casi en exclusividad a las empresas pú blicas ponen límites dentro de los cuales trataremos de presen tar nuestros puntos de vista, aunque dejando constancia del rol empresarial del Estado fuera de las empresas públicas. Hasta la constitución del año 1979, prácticamente no se había le gislado la actividad empresarial del Estado; la Constitución an terior, la del año 1933, no dictaba normas al respecto y el códi go civil de 1936 disponía la regulación de las pe rsonas jurídicas 17 de derecho público mediante leyes especiales, l a s mismas que no sentaron doctrina coherente, sino constituyeron dispositivos es pecíficos y particulares. La Constitución del año 1979, tanto en el ca pítulo I corno en el IV del Título III del Régimen Econó mico, en los artículos 110, 111 112, 114, 132, 133 y 134 preci sa criterios para el desarrollo y limitaciones de la actividad empresarial del Estado. Si bien mi partido, Acción Popular, no participó en la Constitu­ yente, y por lo tanto, en la elaboración de la Constitución que nos rige, debo expresar, respondiendo así a una de las interro gantes que se hace ESAN en el documento prepara torio, que ella, la Constitución, expresa con claridad el rol del Estado en la economía y el alcance de su acción empresarial. La Constitución es un conjunto de principios y de normas precisas, aunque de ca rácter general; no es una ley específ ica ni mucho menos un regli mento que norma las particularidades y sus regulaciones. La ac tividad empresarial del Estado, requiere por supuesto de leyes que regulen los dispositivos constitucionales, por eso es que existe el Decreto Ley 216, y por eso está en discusión en la Cá mara de Diputados, luego de su aprobación en l a Cámara de Senado res, el denominado proyecto de ley de empresas públicas. La Cons titución establece que el régimen económico de la república se f undamente en principios de justicia social y que el Estado pro mueva el desarrollo económico y social, f omente los diversos sec tores de la producción y defienda el interés de los consumidores. Señala también que es el Estado el que f ormula la política econó mica y social que regula l a actividad del sector público y orien ta la actividad de los demás sectores. En armonía con tales criterios, el Estado garantiza el pluralis­ mo económico y la coexistencia democrática de diversas formas de propiedad y de empresas, sean éstas estatales, privadas,cooperati vas, autogestionarias, comunales y de cualquier otra modalidad. En su artículo 113, con toda claridad y precisión señala que el Estado ejerce su actividad empresarial con el f in de promover la economía del país, prestar servicios públicos y alcanzar los obj~ tivos de desarrollo. Señala también nuestra Carta Magna, que por causa de interés social o de seguridad nacional, la ley puede re servar para el Estado actividades productivas o de servicios y que, en situaciones de crisis graves o de emergencia, el Estado puede intervenir la actividad económica con medidas transitorias de carácter extraordinario. Complementariamente prohibe los mo nopolios, oligopolios, acaparamientos, práctica s de acuerdos res trictivos en la actividad industrial y mercantil; en forma espe cíf ica prohibe el monopolio o acaparamiento aún para el Estado y por supuesto para particulares, en materias de empresas de prensa, radio, televisión y en general lo relacionado con la libertad de expresión y comunicación. 18 Este es el marco dentro del cual debemos presentar proposiciones si hablarnos de la actividad empresarial del Estado; lo dije ant~ riormente en ocasión del debate parlamentario del proyecto de ley de empresas públicas, que aquí no está en discusión lo que se h~ ría dentro de un régimen marxista donde todas las empresas s~ rían estatales con algunas excepciones como la de China que peE_ rnite empresas privadas, incluso extranjeras, ni lo que se haría en un régimen capitalista de liberalismo económico extremo eµ don de la vigencia total de las reglas o de la falta de reglas del mercado y de la utilidad, nos llevarían a la privatización total de las empresas. No, no se trata de eso; se trata de qué es lo que vamos a hacer con estas reglas de juego, las de la Constitu ción, las de un sistema económico pluralista en donde el Estado­ ejerce la actividad empresarial para promover la economía del país, para prestar servicios públicos y lograr el desarrollo, p~ diendo incluso reservarse algunas actividades productivas o de servicios,prohibiendo el monopolio particular y prohibiéndoselo a si mismo, sólo para lo relativo a la libertad de expresión. Ese es el asunto. Para comenzar diré que la acción estatal promotora de la econ~ mía, no sólo se hace a través de las empresas públicas ni de los incentivos a las empresas privadas sino, fundamentalmente, a través del Gobierno Central . Esto, aunque parece una verdad de perogrullo, no lo es tanto porque a veces la diferenciación de su ámbito sólo se debe a cambios de nombres. Así por ejemplo, nadie duda, eso espero, que la construcción de carreteras, puer tos, aeropuertos, corresponde ' a la labor promocional del Estado-:­ pero, a nadie se le ocurre que la administración de carreteras, incluyendo el sistema de peaje, corresponda a una empresa públi ca, digamos Carreteras Perú, a la que se le exigiría utilidades en su balance, que, por cierto, nunca presentaría desde el punto de vista contable, pues no hay ninguna carretera con peaje que tenga utilidades. Desde ese punto de vista, parece lo más natu ral que esto corresponda al Gobierno Central; sin embargo, todos consideran normal que la administración de las otras infraestruc tura de transporte, ferroc~rriles, puertos y aeropuertos, corres ponda a empresas públicas como ENAFER, ENAPU, y CORPAC, a todas las cuales el Estado les dona la infraestructura. A todas estas empresas algunos les exigirán utilidades dentro de una organiz~ ción empresarial "eficiente", mientras que a otras que cumplen las mismas funciones y tienen los mismos objetivos pero están organizadas como direcciones de algún ministerio, nadie les exi girá utilidades. Se podría decir que las empresas públicas son diferentes de las dependencias de la administración central, porque las empresas tienen un presupuesto de egresos, producen, tienen ingresos y consecuentemente utilidad, mientras que las dependencias del Go bierno Central sólo tienen un presupuesto de gastos. Empero ya vimos que en algunos casos esto no es tan exacto y que a veces 19 ni siquiera se trata de una organización distinta sino sólodecam bio de nombres. El Estado no hace pues promoción económica sólo a través de las empresas públicas, sino fundamentalmente del Go bierno Central; su diferenciación es a veces cuestión de apelati vos. Por esto, cuando se habla de la magnitud del sector empre sarial del Estado, se puede caer en engaños, dado que algunas di recciones del Gobierno Central pueden constituirse en empresas - públicas y muchas de las empresas públicas podrían ser normalmen te dependencias del Gobierno Central. ¿Significa esto que todas las empresas públicas existentes son necesarias porque sustitu yen las labores que corresponden al Gobierno Central? No, por cierto. En el Plan de Gobierno elaborado por el partido Acción Popular el año 1979, decíamos que la falta de orientación de las accio nes de los ministerios hacia el desarrollo de actividades eminen temente normativas como esencia de la f unción del gobierno, los ha llevado a sustituirla por una cada vez más creciente ac tividad de producción de bienes y servicios. Está por demás pr~ bado el sobredimensionamiento al que llegó el Estado en sus empr~ sas públicas durante la década del 70, en la que se cuadruplicó el número de empresas públicas existentes . en 1968. Por cierto, no lo hizo sustituyendo solamente al Gobierno Central, sino que en mayor magnitud sustituyendo y superponiéndose a la actividad privada en áreas que no le correspondían o en donde eran innece sarias. Por esto es que Acción Popular proponía en el mencion~ do Plan de Gobierno que era necesario definir y precisar, dentro del contexto de las realidades actuales y de las limitaciones que existen en nuestro país, que el Estado se ha sobredimensiona do y que urge definir sus áreas prioritarias de acción; proponía este Plan la privatización de ciertas empresas que no tienen porqué estar dentro de la órbita estatal; insistía en la reve~ sión de ciertas empresas a la actividad privada, principalmente a través de un accionariado difundido y , finalmente, concluía en la necesidad de revisar y reestructurar el cuadro empresarial del Estado, fomentando la participación de otras formas empres~ riales en concordancia con las políticas del Plan y las necesida des de la defensa y seguridad nacional. Dicho sea de paso que lo expuesto por los planes de gobierno del APRA y del PPC era coincidente en lo referente a la reducción de empresas públicas. El APRA hablaba de la reducción del número de empresas públicas a lo estrictamente indispensable sujetando su gestión a un criterio de eficiencia y rentabilidad, mientras que el PPC propugnaba la necesidad de afirmar la función dirige~ te, promotora y subsidiaria del Estado y revisa r su f unción e~ presarial para situarla en el ámbito y nivel de sus posibilidades reales. Todos hablan de la necesidad de revisar y reducir la o~ ganización empresarial del Estado, claro que con diferencias en los objetivos. Así, Acción Popular no considera, por ejemplo, que la acción empresarial del Estado tenga necesariamente que 20 ser supletoria a la actividad privada, no participamos de aquel concepto según el cual las empresas estatales deben surgir en aquello donde la actividad privada no pueda o no quiera interve nir. Ninguna norma constitucional lo establece así, podría decirse que más bien niega este concepto, pues la defensa del interés de los consumidores puede requerir la formación de empresas públi casen áreas paralelas a las de la actividad privada que sirvan como reguladoras de precios y tarifas; con mayor razón aún en los servicios públicos, específicamente señalados en la Constit~ ción como área empresarial del Estado, en donde no se participa supletoriamente a las empresas privadas sino paralela o sustitu toriamente; en esta área se podría más bien decir que la empresa privada es supletoria a la estatal. ¿Cuál es el ámbito, entonces, en el cual debe actuar empresarial mente el Estado?. Para responder esto debemos señalar primero cuáles son sus objetivos. Tanto la empresa privada como la pQ blica cumplen una f unción social y económica, en ambos casos s~ tis f acen las necesidades de un mercado de consumidores, en ambos casos utilizan capitales aportados por particulares o por el Es tado, que asumen el riesgo de la empresa; en ambos casos dan tra bajo y medio de vida a un grupo de personas. La diferencia está en los objetivos. La empresa privada busca fundamentalmente la ganancia, la utilidad, la diferencia entre sus ingresos y sus costos, que además le permitan crecer, expandirse. La empresa pública busca, o debe buscar, el desarrollo nacional, el bienes tar general; para ella la ganancia o utilidad, medida contable mente, tiene una importancia secundaria y en algunos casos ning~ na importancia; y en algunos puede ser y hasta debe ser permanen temente subsidiada, lo cual no niega, no debe negar, la mayor - productividad y rendimiento económico posible. Ambos tipos de empresas, la pública y la privada, deben ser eficientes, una en la medida de la utilidad, la otra en la medida del bien público y del desarrollo nacional . Ambas son necesarias dentro de la economía social del mercado propiciada por la Constitución y, el hecho de no haber sido considerada la empresa pública dentro de la Constitución de 1933, puede provenir de su relativa novedad en aquel entonces, aunque ya en 1908 se había constituído en In glaterra la Port of London Autority , la ENAPU Inglesa. En el proyecto de ley que ha sido aprobado en la Cámara de Sena dores y que está para su aprobación en la Cámara de Diputados, proyecto mediante el cual se fija el rol empresarial del Estado, Acción Popular se ciñe estrictamente a lo establecido por la Cons titución y es consecuente con lo señalado en su Plan de Gobier no. Dicho proyecto de ley contempla con toda precisión la in quietud del documento previo de ESAN respecto a cuáles son los sectores en los que debía el Estado ejercer su acción empres~ rial. El artículo 6° define estos sectores: 21 En la categoría l están aquéllas que prestan servicios públicos o bienes y servicios que no se consumen individualmente sino de manera colectiva, por ejemplo, Electroperú, Córpac, ENAPU, etc. En la categoría 2 están aquéllas que por sus características in trínsecas a las de su mercado o por las de su proceso productivo pueden dar lugar a la formación de un monopolio, por ejemplo, ENACO. En la categoría 3 .están aquéllas correspondientes al sistema financiero de seguros y otros, ejemplos:Banco de la Na ción, Banco Agrario, Minero, Popular, Continental, etc. En la categoría 4 están aquéllas vinculadas con las necesidades bási cas de alimentación y salud o que ocasionan beneficios o perjui cios que el mercado no alcanza a registrar, ejemplo: ECASA. - En la categoría 5 están aquéllas vinculadas a actividades estra tégicas; son actividades estratégicas las relacionadas con la soberanía, la de f ensa nacional, la integración social y aquéllas que por su magnitud o relevancia se consideran esenciales para el desarrollo económico y social, ejemplo, CONADE, SIMAPERU, MI NERO PERU, etc. Este es el ámbito empresarial que define el pro yecto de ley y cuya explicación específica según el artículo co rrespondiente llega a precisar la posibilidad de la transferen­ cia total de 46 empresas, cuyo patrimonio constituye apenas el 4% del total del patrimonio de todas las empresas públicas. Es curioso notar que en lo referente a empresas públicas que pu~ den ser transferidas o no, existen contrariamente a lo que se piensa, muy pocas diferencias entre lo que sustenta el proyecto de ley y lo que ha sido sustentado por el partido Aprista Perua no y el partido de Izquierda Unida, según publicaciones y artícu los expuestos por sus líderes y sus comisiones de plan de gobier no en los diarios La Prensa, El Observador y la República en el año 1982. La Comisión del Plan de Gobierno del APRA presenta un análisis del ámbito empresarial del Estado y concluye en una lis ta cuya sub-lista Nº 3, es la que podría ser susceptible de trans ferencia. El Diputado Luis Alva Castro confirma esto en un artí culo publicado el 24 de mayo de 1982, en el diario la República-:­ bajo el título "Rol Empresarial del Estado". Del análisis de las empresas allí mencionadas se desprende que hay solamente 6 empresas, 3 de las cuales ubicadas en Trujillo, respecto de las cuales hay discrepancia en su venta con lo propuesto por el pr~ yecto de ley. En cuanto a la izquierda marxista, en un artículo publicado el jueves 12 de agosto de 1982 en el diario El Obser vador , el señor Jorge del Prado a nombre del Partido Comunista Peruano, señaló cuál era su juicio en torno al ámbito empresa rial del Estado, precisando que en sus manos, en las manos del Estado, debían estar la gran minería, la siderurgia, el petróleo, la petroquímica, la energía eléctrica, los ferrocarriles, el transporte aéreo, la industria naval, la industria del cemento, la industria de la cerveza, la industria de la maquinaria pes~ da, los supermercados, la banca y las finanzas, la industria p~ pelera pesada, la industria química pesada y el comercio exte rior. Con tal que no constituyan monopolio, en Acción Popular 22 estamos de acuerdo con todo lo señalado por el Partido Comunista, con excepción de la cerveza. Se que el tiempo es limitado y por lo tanto quiero terminar e~ presando que al proyecto de ley se le ha denominado de privatiza ción de las empresas públicas, olvidando que prácticamente todas las empresas públicas podrían ser enajenadas, salvo las que tie nen leyes constitutivas y que es más bien la ley la que definir& cuáles no pueden transferirse. Por cierto, que el proyecto será mejorado en la Cámara de Diputados y de hecho Acción Popular tiene el mejor propósito de perfeccionarlo para que así las em presas públicas constituyan un adecuado y eficiente instrumento­ de desarrollo del país . A ese objetivo contribuye, en forma por demás plausible, el Foro que nos convoca esta noche. Muchas grac i as. 2.2 Diputado Luis Alva Castro Quiero agradecer primeramente al Instituto de Desarrollo Económi co de ESAN por haberme invitado a pa rticipar en el Foro que ha convocado a esta distinguida concurrencia y que se titula "El Rol y la Gestión Empresarial del Estado". A nuestro juicio, la Constitución de 1979 es muy clara en lo que respecta al rol empresar~al del Estado. En su artículo 113 se ñala con mucha nitidez que el Estado ejerce actividad empresa rial para promover la e·conomía del país, prestar servicios públl cos y alcanzar los objetivos de desarrollo. Esto es muy amplio, no tiene ningún recorte ni ninguna cortapisa. El artículo 112 dice textualmente que el Estado garantiza el pluralismo económi co y la coexistencia democrática de empresas públicas, privadas y cooperativas. Es decir, hay coexistencia, hay pluralismo y en ningún caso la actividad empresarial del Estado es subsidiaria. El artículo 114 de nuestra carta fundamental señala que incluso en casos de interés social o seguridad nacional el E~tado puede reservarse, para sí o para peruanos, determinadas actividades productivas, es decir, incluso autoriza el monopolio estatal. Habida cuenta de lo anteriormente expresado nosotros entendemos perfectamente que de acuerdo a la Constitución de 1979 el rol del Estado es amplio, es promotor, sin cortapisas, pero también sin dogmatismos. Al Estado no le debe estar vedado ingresar a ninguna actividad, puede ingresar a cualquier campo cuando así lo requiera la promoción económica del país o de determinadas re giones; por supuesto hay límites presupuestales y de uso de re cursos, pero esos límites son circunstanciales o coyuntural e s y dependerán en cada momento de dos factores: primero, la urgen cía o necesidad del país de desarrollar alguna a c tividad que no está al alcance o prioridad de la empresa privada o que conviene reservar para el Estado; y segundo, la posibilidad de aportar o 23 agenciarse recursos. De lo que se trata entonces es prioridades de accionen vez de campos absolutos que son apropiados para la acción estatal. de definir son o no Estas prioridades para nosotros son muy claras, hay cinco campos en la primera prioridad: a) proyectos de gran tamaño y compleji dad, especialmente referidos a la explotación de recursos natura les ; b) proyectos de infraestructura y servicios básicos; c) grandes medios de transporte que aseguren la interconexión del territorio y f aciliten la movilización de personas y mercaderías hacia todas las regiones, independientemente del grado de rentabi lidad económica actual que pueda significar la incorporación de una región apartada; d) campo de las finanzas y los seguros; y e) defensa y seguridad. A estos cinco campos nosotros consider~ mos deben dedicarse la mayor atención, el mayor volumen de recur sos, aquí debe concentrarse el Estado en una acción permanente.- Pero, existe una segunda prioridad, y es que no se le debe imp~ dir al Estado ingresar, en la medida de sus posibilidades, a otros campos y proyectos cuando así el país lo requiera, y que asimismo salga de ellos cuando su presencia no sea necesaria o no se justifique. Por ejemplo para llenar vacíos en la estruct~ ra productiva, para atender regiones deprimidas, para regular precios o romper monopolios, para asegurar la distribución de bienes indispensables. Tenemos ejemplos actuales como son los fertilizantes, los cementos, el desarrollo agropecuario en la selva; hay evidentemente un nuevo ejemplo,es promover empresas y actividades productivas en Ayacucho. ¿Porqué le podría estar vedado incursionar allí , en cualquier campo que sea necesario? E incluso, puede concebirse una tercera prioridad, que es coop~ rar con empresas privadas para promover y ca-invertir en nuevos proyectos pioneros, aun cuando éstos sean muy pequeños, cuando así lo requiera la iniciativa privada. Tenemos, por ejemplo, nu~ vos terrenos agropecuarios en la selva, o más aún cuando se tra ta de contribuir a salvar empresas privadas que son útiles para el país y que se ven ante serias crisis financieras que no se su peran con más crédito, sino con capital accionario. ¿Por qué serdogmático e impedir por decreto la actuación del Estado? En síntesis, no creemos que en las actuales circunstancias del país se deba reservar para el Estado una exclusividad en grandes cam pos de actividad, que por su situación financiera y carencia de recursos humanos no podría atender, pero no creemos tampoco que haya que ponerle cortapisas o cercenarlesposibilidades de acción que la Constitución le asigna amplia y claramente. Luego de haber precisado conceptos sobre el rol del Estado, hay otro tema importante que ha convocado ciertamente este Foro y es la situación actual de las empresas del Estado. Quiero esclare cer en primer lugar que, a nuestro modesto criterio, no es cier to que haya sobredimensionamiento del aparato empresarial del 24 Estado, no es cierto que la actividad estatal asfixie o quite p~ sibilidades al sector privado, no es cierto que lo prioritario sea vender las empresas estatales y que con ello se contribuiría a financiar el presupuesto; existen 170 empresas en que el Esta do tiene algún tipo de participación, pero no es por el número de empresas que se mide la amplitud de la participación. Esas 170 empresas son muy disímiles, no pueden sumarse simplemen te una al lado de las otras. · Ejemplo : Electroperú tiene 805 mil millones de soles de patrimonio y domina el sector de gener~ ción de electricidad; Petroperú tiene 215 mil millones de soles de patrimonio y tiene una participación de relativa importancia en el ramo petrolero. Y por otra parte, existen unas 70 a 80 e~ presas que juntas no llegan a representar ni siquiera el 5% del patrimonio del Esta do; es decir, menos de 150 mil millones. Constituyen un conglomerado en las que el Estado tiene unas cuan t a s acciones por convenir así a la conformación de la empresa, ejemplo Arlabank; o porque el Estado tuvo que tomarlas para sí como pago de deudas incobrables, como Moraveco; o para contribuir a su desarrollo y evitar su quiebra, como TASA o IMOSA; o para promover determinadas regiones, como EMDEPALMA o CACHIMAYO. Es obvio que el número de empresas no dice nada, pues así como hay 170 con partic ipación del Estado, hay registradas más de 10,000 empresas privada s. Lo concreto es que el patrimonio de l as empresas con participación del Estado asciende a 3 billones 580 mil millones de soles al 31.12.82, esto es a unos 3,600 mi llones de dólares . De este patrimonio más de 90 % se concentra en sólo 20 empres a s, 3,100 millones de dólares, todas ellas son prioritarias y se ubican en los campos en los que todos los se~ tares y partidos coinciden en que debe ser importante la partic_.!. pación del Estado, no las quiero particularmente enumerar porque todos las conocemos. En consecuencia, la amplitud del ámbito e~ tatal no se resuelve vendiendo o no vendiendo, pues lo esencial del mismo está en estas 20 empresas que hay que mejorar, apoyar y racionalizar. Es cierto que el ámbito estatal ha crecido, sobre todo en el g~ bierno militar, pero el crecimiento no es excesivo; en conjunto las empresas estatales aportan del 12 al 13 % del producto nacio nal, esta participación es menor que en muchos países de América Latina, concretamente en Brasil e incluso en Argentina y Chile, aún después de que enestos países se viera el proceso de privatiza c1.on . El Estado creció especialmente a través de la expropiació;­ de empresas extranjeras como la IPC, la Grace, l a ITT, sin qu_.!. tarle el campo a las empresas nacionales, salvo el caso de algunos monopolios como el del cemento, y desde allí su ámbito se mantie ne estacionario, no ha crecido, la lista de empresas que se quie re vender, supuestamente para financiar el presupuesto, llega a 46, por un valor total de patrimonio, medido a diciembre de 1982 , en 98 mil millones de soles o 100 millones de dólares o 450 mil millones de hoy según valor en miles. 25 Es una falta realmente de seriedad con el país,cómo se llega a estimar en 3 billones 154 mil millones de soles lo que rendirá la venta de empresas en 1984. O hay designios allí ocultosohay algunas magias dentro de los proyectos de ley que se propicia y que permitirán originar estos grandes ingresos que se han proyec tado en el presupuesto de 1985. ¿Cómo es posible que se piense - que en la actual época de c~isis el sector privado nacional, que pide ayuda del Estado para salvar sus propias empresas, compre empresas estatales, muchas de las cuales están en mala situación y se están ofertando desde hace mucho tiempo y que a su vez fue ron pasadas al Estado en situación de quiebra, como Moraveco, Ma nufacturas Nylon, PICSA y otras que figuran en la lista de las 46 empresas? O es que se quiere malbaratear o se quiere casi re galar las 46 empresas a la inversión extranjera. ¿Cómoesposible que se piense que el déficit fiscal se va a cortar por el lado del gasto, vendiendo empresas deficitarias, cuando el gran défi cit proviene precisamente de las grandes empresas del servicio público, cuya venta no está ciertamente en discusión? ¿Cómo es posible que se crea que empresarios serios compren en este momen to empresas estatales sabiendo que está en marcha una campaña electoral y que en menos de un año entrará en marcha un nuevo go bierno, que sin duda cuestionará todo el proceso? ¿Cómo es posi ble que en el artículo octavo del proyecto de ley,que está ahora en discusión en la Cámara de Diputados, se prevea un plazo de 180 días para concluir el proceso de venta y aprobar los decretos 1~ gislativos correspondientes? salvo que las licitaciones se decla ren desiertas, en cuyo caso las empresas se podrían vender a pre cios inf eriores a las valorizaciones. ¿Qué seriedad habrá en es te proceso, si la propia disposición transitoria,cuarta del mis mo proyecto de ley del ejecutivo y aprobada en el Senado, da al ejecutivo un plazo máximo de 180 días para reglamentarla? Señores, yo sí quiero precisar y fijar lo que considero una pos! ción en torno a este proyecto; no tiene ningún sentido aprobarlo, es innecesario, es inoportuno, no resuelve ninguno de los proble mas básicos de las empresas estatales. Lo que hay que hacer pri mero, a nuestro juicio, es atender un problema esencial que tie nen en este momento las empresas estatales, y es la organizació;­ funcional, los holdings financieros, mineros, industriales y otros que luego se requieran. Nosotros pensamos que otro gran tema que necesita ser resuelto en favor de las empresas estata les es la racionalización administrativa, y para esto tenemosque ponernos definitivamente de acuerdo: deben tener directorios idó neos, tienen que hacer nombramientos responsables delas personas más talentosas de nuestro país para que conduzcan los destinos de un patrimonio nacional que tanto esfuerzo nos ha costadoalos peruanos construir. Necesitamos gerentes y funcionarios capac! tados, necesitamos autonomía administrativa relacionada con una clara definición de objetivos de cada empresa y una evaluación periódica de su gestión, y debe existir definitivamente una nor matividad clara. En relación a lo que nosotros llamamos la in compatibilidad de funciones o conf licto de intereses, tiene que 26 existir un planteamiento integral a través de CONADE. En tercer lugar, consideramos que se tiene que concentrar la acción en re solver los problemas de las 20 empresas principales. Por último, creemos que deben existir mecanismos permanentes de venta, de compras, o nuevas promociones sin dogmatismos ni apr~ sur amientos, con normas clar.as y procedimientos adecuados para garantizar el valor del patrimonio nacional, con conceptos cla ros respecto a lo que pasará con la empresa; no es cuestión sola mente de decidir o definir la venta de algunas empresas, a nueE._ tro juicio, lo más trascendente, lo más importante es mejorar la producción, la productividad. Es hacerlas . más eficientes, PºE.. que si nosotros ·nos propusiéramos mejorar, en solamente el 10%, la producción y la productividad de las empresas estatales, est~ ríamos cubriendo fácilmente lo que se va a obtener por una sola vez en la venta de este conjunto de empresas que es el empeño ac tualmente. Yo quiero terminar diciéndoles que hay claridad en lo que es el rol del Estado constitucionalmente, pero también de be existir claridad y definición en algo que es mucho más priori tario, es mucho más urgente y necesita una atención aquí y ahora e inmediatamente: un buen acuerdo nacional de todos los peru~ nos, en donde podamos entrar a trabajar en forma permanente por la empresa estatal que,como dije hace algún momento,ha costado mucho esfuerzo a los peruanos constituirla y representa un p~ trimonio que debemos todos cuidar y defender por lo que debe si~ nificar como progreso, como bienestar y como desarrollo en nues tro país. Muchas gracias. 2 . 3 Senador Carlos Malpica Ante todo , mi agradecimiento a los miembros del Instituto de L>e sarrollo Económico de ESAN por haberme permitido estar esta no che con ustedes. El tema de las empresas estatales se ha disc~ tido con real pasión durante los últimos años y , en realidad, se guiremos discutiéndolo en los próximos gobiernos, y esto se debe a que es un problema esencial en la vida de los pueblos moder nos. ¿Porqué hay empresas estatales? Porque desde el ámbito de la derecha se ha querido dar una visión simplista del problema, cul par a Velasco y a sus consejeros comunistas de haber creado un inmenso sector estatal. Pero nada más alejado de la verdad que esta tesis. En todo el mundo civilizado, ya sea del sistema ca pitalista o de economía centralmente planificada, existen empre sas estatales. Y¿ por qué se crean empresas estatales? Hay muchas causas, una, que parece la principal, es el descenso de la tasa de ganancia de determinados sectores y ramas de la acti vidad economica. En cuanto una actividad, necesaria desde el punto de vista económico del país, deja de ser rentable, los 27 empresarios privados pierden interés en tal actividad y lógica mente esta empresa o esta rama termina en manos del Estado; ca so clásico en el mundo es el de los ferrocarriles, salvo la red o parte de l a red norteamericana y parte de la red japonesa, to dos los f errocarriles del mundo son empresas estatales. Es eI mismo caso del Metro de París, uno de los mejores del mundo, es del municipio y prácticamente todos los metros del mundo son es tatales . Y también está pasando con la electricidad, gradualmen te los sistemas de electricidad del mundo van convirtiéndose en empresas esta tales. De la misma manera los servicios de agua y desagüe y también las minas del carbón y el hierro en toda Euro pa; los puertos y aeropuertos que f ueron empresas privadas en Estados .Unidos, et c . Todas estas ramas donde ha habido una dis minución de l a tasa de ganancia han ido pasando gradualmente al Estado. En el Tercer Mundo, además de esto, hay una debilidad de la bur guesía, y estas burguesías no están en capacidad de poder empre!!. der la construcción de determinadas actividades. Es por eso que en este caso s up l etoriamente, el Estado ha tenido que emprender dichas actividades; sobre todo aquellas que requieren enormes in versiones, como por ejemplo el caso de las siderúrgicas. No es casualidad por ejemplo que en Latinoamérica casi todas las side rúrgicas sean estatales; no solamente es el caso del Perú, sino también el caso de Chile, el caso de Brasil, el caso de Colombia y también últimamente el caso de Venezuela. Frente a la debili dad de la burguesía existen dos alternativas: o esas activid~ des las emprende el capital privado extranjero o las emprende el Estado, y en la mayoría de países del Tercer Mundo parte de aque las actividades l as emprende el Estado. Además hay otra tenden cia a nivel mundial, es que determinadas actividades se están trasladandó desde el mundo desarrollado hacia el mundo sub-desa rrollado, ,hacia el Tercer Mundo; y los países con adelanto tecno lógico van dejando las ramas de la primera y segunda revolución industrial, y el capitalismo de las empresas transnacionales se . va orientando hacia las nuevas actividades como la cibernética, la computación, la electroluminiscencia, los ordenadores electri nicos, los transportes interespaciales, la quirogenia, la reso nancia magnéticonuclear, las pilas ópticas, nuevos polímeros, l°i bioingeniería, el desarrollo de máquinas para la extracción de minerales del f ondo del mar, la industria espacial , etc., etc. y allí centra sus es f uerzos de tal manera que el resto de indus tria pref iere que vaya a los países del Tercer Mundo; y como en el Tercer Mundo no hay burguesías suf icientemente desarrolladas, terminan estas ramas industriales siendo desarrolladas por los Estados . También se crean empresas estatales debido a que los estados p~ líticamente deciden el control de l os sectores esta tales de su economía, tal el caso del estaño en Bolivia, del c obre, no 28 solamente en Zaire, sino incluso en el Chile de Pinochet; el caso del petróleo, que no solamente lo ha nacionalizado México, Vene zuela, sino prácticamente todos los países árabes. Se trata de sectores vitales a la economía,que políticamente los gobiernos deciden que pase a control del Estado; y entre otros sectores claves hay un sector que en muchos países es estatizado, es el sector financiero, cuya importancia principal data en que, ,a tra vés de su manejo,se puede orientar la economía, se puede ayudar a la planificación. También muchos estados han nacionalizado su comercio exterior, por lo menos lo vital de la exportación y la importación. Hay otras empresas que se crean por razones de seguridad y de p~estigio, e incluso de desarrollo regional, tal es el caso de las compañías de aviación. En el Perú, además, y en todas partes del mundo, las empresas e~ tatales tienen otro origen, la quiebra de empresas particulares. Una buena cantidad de las 170 empresas estatales que existen en el Perú provienen del sector privado, fueron quebradas y el g~ bierno se vio obligado a asumirlas dada su importancia, tal el caso del grupo Prado que comprende el Banco Popular, compañías de seguros, de textiles, algunas petroleras, etc., etc., o de Mo raveco, o tantas otras más. En el Perú el problema de las empre sas estatales no viene de la época de Velasco ni mucho menos , ya en la colonia prácticamente existían empresas estatales por ejem plo, las minas de Huancavelica, minas de mercur~o, pertenecían - al Rey de España porque era un insumo vital para la minería y ló gicamente el Rey de España decidió apropiarse de este insumo vi tal. El monopolio del tabaco, pertenecía también al Rey de Es-pa ña. Ya en el siglo pasado habían empresas estatales, el Estanco­ de la Sal data de 1895, la Compañía de Vapores de los años 30, los establecimientos petroleros, lo que fue la Empresa Petrolera Privada Fiscal (y ahora Petroperú) data de 1942; la Corporación del Santa (origen de SIDERPERU) del año 1943; e incluso la comer cialización del arroz no es algo nuevo, data de hace cuatro déc~ das. Prácticamente todos los países de occidente tienen empre sas estatales, Inglaterra, Francia, Italia, España. La Francia­ de De Gaulle tenía una buena cantidad de empresas estatales,cu yo producto bruto era proporcionalmente importante en relación al generado por las actuales empresas peruanas estatales; y la Italia de la democracia cristiana lo mismo, y la España de Franco igual. Nosotros creemos, los de Izquierda Unida, que sólo la economía socializada puede garantizar que la producción esté orientada en función de la propiedad social y no de los beneficios empresaria les, y en este contexto se sitúa, desde nuestro punto de vista,­ el problema de la nacionalización de empresas. Tratamos de que, a la vez de f ortalecer el sector estatal,se oriente la economía en función de la mayoría de peruanos y no de una minoría a la que solamente le interese el beneficio particular. Por eso, nosotros patrocinamos la socialización gradual de la economía, 29 comenzando por sus sectores claves; somos realistas, nosotros no creemos que esta socialización se haga en un gobierno, pero sí que en ese gobierno tenemos que incrementar el sector estatal de la economía hasta convertirlo en realmente dominante, pero por supuesto, repito, dentro de la concesión creemos que este proc~ so será gradual, en años, décadas, o quizás generaciones, como plantean los franceses y dur~nte esa etapa tiene que subsistir la empresa privada, porque las empresas privadas, sobre todo las pequeñas y medianas, tienen que adaptarse, tienen que amoldarse al sector público como ahora se amoldan a la dominación de las transnacionales. Creemos que con un sector estatal dominante más una planificación, los capitalistas podrían ser orientados a desarrollar la producción en sectores útiles a la mayoría, no so lamente a los que rindan mayores utilidades, y a través de la planificación el Estado puede orientar la producción, puede ale~ tar determinadas ramas y puede desalentar las que se dedican a productos superfluos . Los instrumentos esenciales son la políti ca tributaria y el crédito, a través del crédito se puede planI ficar, por eso para nosotros tiene suma importancia la nacionali zación de todo el sector financiero. Defendemos el actual sector estatal, les consta a los Senadores Polar y Acurio que desde el primer momento, sin dudar, defendí mos el sector estatal; pero también somos conscientes de sus de fectos. Defectos que se traducen en la subida constante de d~ terminados bienes y servicios producidos por las empresas estata les. Creemos que hay alguna distorsión en las empresas estata les actuales, y una de éstas es que los trabajadores creen qu"e° las empresas están para organizarse sobre todo en función de sus intereses particulares, y esto muchas veces ha producido baja de productividad y costos altos. Además, sus directivos pertenecen, la mayoría de las veces, al sector privado y al asumir sus ca~ gas la mayoría lo hace con el exclusivo objeto de servir ínter~ ses personales y de grupo. El deseo del gobierno de destruir el sector estatal estimula a los directivos a cometer toda clase de irregularidades y con ellas demostrar la ineficiencia de la empresa pública. No debo generalizar, hay excepciones, pero no son muchas. Defendemos a las empresas estatales, estamos dis puestos a realizar nuevas expropiaciones y además asumimos los evidentes defec tos del sector estatal actual; no sólo condenamos elevados sueldos de técnicos, gerentes y otros directivos que se convierten en privilegiados de la sociedad peruana no solamente respecto al común de los asalariados privados y estatales, sino también en comparación con los pequeños y medianos empresarios. Conozco de empresas donde a través de una combinación de 16 o 18 sueldos anuales, más adelantos de indemnizaciones en un año, hay quienes obtienen hasta 500 millones de soles, lo cual en un pu~ blo pobre como el Perú es simple y llanamente un abuso; estoy s~ guro quepocas compañías en el Perú obtienen utilidades anuales, después de impuestos, equivalentes a 500 millones de soles, pero 30 conozco más de una compañía donde se está abusando de un conjunto de ventajas que me parece que tenemos que cortar. El corporativismo en el Perú está tan desarroll~do que muchos trabajadores han pensado que la empresa debe producir exclusiv~ mente para satisfacer sus demandas salariales y de bonificaci~ nes conexas. Se han estable.cido regímenes diversos de bonifica cienes, remuneraciones y pensiones que no corresponden a la ren tabilidad ni a la dimensión de la empresa, sino al mero capr! cho, se da el caso de que las secretarias de determinadas empre sas ganan más que un vocal supremo o un general del ejército. Cada empresa tiene sus propios clubs, sus propios sistemas de c~ municac~ones, independientes de los del Estado; se ha dado incl~ so casos de pagar las cuotas al Instituto Peruano de Seguridad Social pero no utilizar sus servicios, pues paralelamente contra tan servicios privados en clínicas especiales. La mayoría de ero presas tiene una frondosa burocracia, pero además contratan e!!i: presas particulares para que les proporcionen personal suplemen­ tario y adicionalmente contratan todo tipo de servicios con em presas consultoras y de ingeniería privada y en no pocos casos con empresas extranjeras, existiendo en la mayoría de veces té~ nicos peruanos que podrían desempeñar esas funciones. Conozco el caso de una empresa que en un año pagó un millón de dólares para que le diseñen una nueva organización, y al siguiente año contrató otra empresa para ver si su personal cumplía con los re quisitos que exigía la nueva organización; por supuesto cumplie ron todos, pero eso le costó dos millones de dólares al Estado Peruano. Por otro lado, no conforme con una serie de ventajas personales que han ido acumulando a través del desorden que es la administr~ ción de las empresas estatales, no son pocos los directivos que reciben "coimas" en la adquisición de bienes y servicios y en la construcción de obras . Permanentemente en la Comisión Bicame ral de Presupuesto estamos viendo estos casos. Todo esto crea distorsiones en los costos de producción y tratándose de virtua les o reales monopolios, se cubre la ineficiencia con alzas con tínuas de los precios. Tal es el origen de las elevaciones con tínuas de la gasolina, el arroz, y otros alimentos y los serví cios de agua, luz y teléfono . Planteamos como solución al caos administrativo de las empresas públicas una escala única de remuneraciones, bonificaciones y pensiones, tal como lo establece la constitución política para los funcionarios de gobierno. A través de una escuela de admi nistración pública, como existen en otros países, se debe prepa rara los futuros gerentes y directivos del sector público, esta bleciendo escala de ascensos y los requisitos para alcanzar los diversos grados, por lo demás, podrían ser trasladados por el go bierno de una empresa a otra, según se requiera de sus servicios 31 y harían su carrera no en. una empresa, tal como sucede ahora, si no en el sector público. Al fin y al cabo los principios de una buena administración son los mismos trátase del sector o rama que fuese . Muchas gracias. 2.4 Senador Mario Polar En primer lugar quiero agradecer a ESAN el haberme invitado. En segundo lugar, he de confesarles que vine preparado para susten tar los fundamentos constitucionales de la ley que se aprobó en el Senado y que ahora pende de la Cámara de Diputados. Pero des pués de escuchar a mis amigos y colegas Alva Castro y Malpica, he decidido cambiar de tema y hablar de la empresa pública como pro blema escencialmente político y examinarlo a la luz de la historia en el mundo y en el Perú. Originalmente , el Estado sólo tenía dos funciones fundamen tales, en el interior cuidar el orden, en el exterior vigilar la fronte ra o ampliarla . Posteriormente, en especial con el desarrollo de la sociedad democrática y la reclamación de los pueblosdemayores servicios, apareció el Estado previsor, al que se le exigía educa ción, salud pública, saneamiento y posteriormente servicios tan importantes como los de electricidad y teléfonos que el Estado ge neralmente prestaba a través de concesiones y, eventualmente, de empresas directas. Pero simultáneamente con el Estado previsor, surgió el Estado provisor, el encargado de realizar obras públi cas, sin las cuales no es posible pensar en un desarrollo económi co. Obras públicas fundamentalmente de aspecto vial y de comunicacio nes y en este terreno los países subdesarrolados de inmenso terri rio y de geografía enloquecida tenemos una responsabilidad infini tamente mayor que los países pequeños de geografía plana y de gran riqueza real. Es el caso por ejemplo de Bélgica o de Francia, son países planos donde una red vial no tiene mayor importancia, son muy ricos. Pero en el Perú que tiene 1'200 mil kilómetros cuadr~ dos, una obra vial es algo infinitamente costoso y más extenso que en cualquier país desarrollado. En esta labor provisoria nor malmente al Estado le falta fondos. Después surgió el Estado empresario; es un fenómeno mundial, lo ha dicho Malpica y lo ha dicho en ese aspecto bien, es un fenóm~ no universal. Pero en los países occidentales la empresa pública aparece generalmente, no exclusivamente, como una empresa subsi diaria o supletoria, es decir el Estado interviene allí donde la empresa privada no interviene, para suprimirla, para subsidiar o para promover, incluso, por ejemplo, en Chile surgió, en la época del primer frente democrático, la CORFO, la Corporación de Fornen to de la Producción, para crear empresas nuevas de gran riesgo que 32 cuando estuviesen en buena condición serían entregadas al sector privado. Pero también ha surgido en otras partes del mundo la empresa pública no supletoria ni subsidiaria, sino la empresa pQ. blica como totalitaria; es decir, el Estado asume la totalidad de las empresas básicas y las . resta de la actividad privada. El fundamento marxista; esa plusvalía que pasa al Estado no benefi cia al empresario explotador., y entonces el Estado la devuelve en forma de servicios a la comunidad. Teóricamente el planteamiento parece correcto, pero ¿cuál es la experiencia histórica? esto tenemos que verlo. Es una experieE_ cia que ya tiene varias décadas; la revolución rusa se inició en 1917, han pasado más de 60 años y en ese lapso ¿cuál es la expe riencia de Rusia seguida después por China y por todos los países que Rusia ha dominado? La experiencia nos revela algo tremendo y que no podemos pasar por alto; en todos los países en que la empresa pública ha copado los medios de producción en forma casi absoluta, ha desaparecido la libertad, y los que creemos que la libertad es una parte integrante de la justicia, no podemos re signarnos a esta conclusión. Pero no sólo desde el punto de vis ta de la libertad los países totalitarios constituyen un fracaso, sino creo que también desde el punto de vista de la producción y de la distribución, y esto sí es sorprendente. Lo ha demostrado la econometría moderna que permite comparar economías de diver sos países. Así vemos, por ejemplo, que en materia de producción y salvando los aspectos nucleares o estratégicos, en la producción corrien te, Rusia está muy por debajo de los países occidentales. En la agricultura, las tierras de Oklahoma son totalmente semejantes a las tierras de Ucrania, sin embargo en las tierras de Oklahoma se produce muchísimo más que en las tierras de Ucrania. Para mí es el sistema, en uno hay economía de mercado, en otro hay una economía centralizada, y no es una cuestión racial; tambiénen Ru sía existen unas pequeñas granjas individuales que significan no más del 3% del área labrantía, y esas pequeñas granjas individua les, vigiladas por el amo de la tierra, producen más o menos el 30% de las necesidades de legumbres y hortalizas de la Unión So viética. Las empresas industriales, desde el punto de vista de la producción, en Oriente son muy inferiores a las de los países Occidentales, quizás esto se explique; para quien haya leído El Capital de Marx, habrá advertido que todo lo resuelve por el ca mino de la distribución, pero que no tiene una sóla fórmula so bre incremento de la producción, y cuando Lenin llega al poder y lo siguen sus sucesores, tienen que adaptar métodos accidenta les para aumentar la producción; inventan el sistema Stajanovist"a, que no es otro que el sistema del pago a destajo, y forman las émpresas públicas tomando como modelo los holdings norteamerica nos. 33 Pero lo interesante es que desde el punto de vista de la distri bución, los países orien.tales tampoco han superado a los países occidentales y se mantienen muy por debajo de ellos;iqué diferen cías hay entre unos y otros? varias. En unos hay una economía central de mercado , o una economía social de mercado ; en los otros, en los comunistas, una economía centralizada, en lospaíses occidentales hay político's que compiten no en promesas como en nuestras democracias incipientes, sino en resultados; en una larga experiencia democrática esos partidos compiten por ver quién sirve mejor, y esos partidos no existen en la Unión Sovié tica. En estos países occidentales hay prensa libre, en Rusia no hay prensa libre. En estos países occidentales hay sindicatos libres, en Rusia no hay sindicatos libres, y resulta que los partidos políticos, la prensa libre y los sindicatos libres han logrado por evolución, sin traumatismo revolucionario, niveles de vida infinitamentemás altos que los países comunistas. Esa es una experiencia univer sal que no podemos pasar por alto y sin sacrificar la libertad, que para mí es fundamental. ¿Por qué han fracasado desde el pun to de vista de la distribución y de la producción? Porque han impuesto un sistema que teóricamente podría parecer lógico pero que lo . contraría sustancialmente la naturaleza humana. Ahora, vemos qué ha pasado en el Perú. En 1968 teníamos 18 em presas públicas, 10 años después teníamos 177 empresas. Las em presas públicas en el país, como han recordado Acurio, Alva ,Cas troy Malpica, no estaban regidas por ley alguna, no había nor mas constitucionales que las amparasen, las protegiesen o las encaminasen. Surgieron arbitrariamente, sin plan ni concierto. Así una de las primeras, y Malpica lo ha recordado, ha sido la Siderúrgica de Chimbote; yo recuerdo haber escuchado a técnicos del Banco Mundial haber dicho que no ayudaban a esta empresa porque no había mercado que justifica se una planta de esa natura leza y que además, la planta era chica, y con la suma que iba a invertirse sería más fáctl hacer 10 empresas pequeñas que prod~ jesen 100 veces más trabajo. Hay que crear mercado como empr~ sas empíricas antes de buscar esta independencia; pero, en fin, a qué se debió el crecimiento de las empresas públicas. Yo creo que se debió a una decisión política que fue elaborándose lenta, pero firmemente, bajo una influencia marxista de la que no se si fueron realmente conscientes los líderes militares que la arnpar~ ron, examinemos la legislación. Conocernos por la ley de industrias que se reservó para el Estado un área inmensa de actividades f undamentales y se dejó para la empresa privada un área reducida y pequeña; se creó la comunidad industrial, no como un sistema occidental de unir en la junta ge neral, como es lógico y racional, al capital y al trabajo, sino que los ubicó en campo s opuestos y en cierta f orma contradictorios, 34 los enfrent6 con un criterio de lucha de clases; después vino la propiedad social que nunca fue propiedad social, porque los tra bajadores no aportaron nada, el capital lo aportaba el Estado; la propiedad no pasaba al trabajador, sino al gremio y, como di jirnos entonces los del PPC en críticas a este sistema, propiedad de todos es propiedad de nadie, y propiedad de nadie es propi~ dad del Estado; a esta propi_edad social se le declaró priorit~ ria. De tal manera, a la empresa privada, con la ley de indu~ tria, le cercenaban las actividades fundamentales; con la prapi~ dad social prioritaria se la condenaba a ejercer temporalmente su actividad; es decir, se estaba restando a la economía nacional una fuerza creadora inmensa. A todo esto se unió el énf asis que se puso a la Decisión 24 del Acuerdo de Cartagena, con lo cual se cerró prácticamente la pue!_ ta a toda inversión foránea y se sustituyó un capital de riesgo, que podía haber sido controlado, por un capital financiero que tenía que cobrar intereses. Es decir, se cambió socios posibles por acreedores de f initivos. Aquello nos llevaba inevitablemente a una concep c ión totalitaria de la empresa pública y yo no creo que en el Perú se haya llegado a tomar conciencia de lo que si_s, nificó corno resultado negativo. ¿Por qué negativo? Primero, porque hubo fuga de capitales que no han regresado; después por que se descuidaron las obras de infraestructura ya que no había recursos; y porque se descuidaron servicios como los de educa c ión, salud pública y saneamiento. Por eso, cuando advino el gobierno constitucional , hubo una demanda desusada en todos esos sectores que estimularon inevitablemente la inflación, eran nece sidades postergadas. No es exacto que el costo f uera bajo; sin tomar en cuenta las confiscaciones que f ueron numerosas, los cálculos que hicimos en la Comisión, con ayuda de COFIDE, revelaron que por lo menos se había invertido en la empresa pública 1,700 millones de dólares, calcúlenlos al cambio de hoy. Aumentó el endeudamiento externo e interno, se hizo con cargo directa e indirectamente al pres~ puesto; se infló la deuda pública, los ingresos del Estado con la apropiación de las empresas debían reducirse, tenían que redu cirse, pero decían no hay peligro, las utilidades de esas empre sas van a ser utilidades para el Estado. ¿Con cuánto se incre - mentaron los ingresos presupuestales? Con cero, nada; el año-80 creo que hubo un rendimiento de 1.25% que se consumió entre ellas mismas. Las empresas que tuvieron resultados fueron las f inan cieras y las mineras. Pero cuando vino la crisis de la minería, las financieras no alcanzaron para cubrir los déficit acumulados, y en la actualidad gran parte del déficit proviene de las empre­ sas públicas sobredimensionadas, no tuvieron recursos; y, enton ces, todo el peso cayó sobre el Estado. 35 Yo sostengo que gran parte de la crisis que agobia el país viene de este sobredimensionamiento de la empresa pública, que tuvo un contenido político quizá no visualizado de primera intención, p~ ro que cualquiera lo visualiza de segunda intención. ¿Qué hizo la Constituyente frente a esto? Recuerden ustedes que la Segunda Fase del gobierno· de facto convocó a la Constituyente y en el decreto de convocatoria se dijo que ésta debía incluir las grandes reformas estructurales llevadas a cabo por el gobier no Militar; se le daba a la Constituyente un mandato, pero los constituyentes no hicimos caso a ese mandato. Habíamos recibido uno mayor, era el del pueblo, para crear una carta fundamental y en esa carta fundamental, como ya lo han recordado leyendo las disposiciones pertinentes, especialmente Acurio y Alva Castro, fi jar el pluralismo económico; es decir, no se trataba de disc~ tir la privatización o estatización, sino que se aceptaban todas las formas de propiedad o de ¿ Estado? Se decía que la empresa libre podía actuar dentro de una economía social de mercado y no voy a mencionar esas cosas. Pero si voy a mencionar unas normas constitucionales que no han mencionado antes, y son que en el ré gimen económico y en el régimen presupuesta! por primera vez se establece que todo gasto público debe figurar en los egresos y que el gasto público debe ser equilibrado; es decir, que no se debe gastar más de lo que se tiene, no se puede girar impunemen te sobre el porvenir y por eso se habla de la planificación del gasto público. Lo cual significa recortar la iniciativa parla mentaría, que no quieren reconocer algunos representantes, y obligar al Estado a crear un régimen de prioridades; o sea que la Constituyente dio un plazo o una base clara para una ley de empresas, y la ley de empresas es la que manda la Constitución, con añadido de que las empresas públicas deben estar dentro de la capacidad económica del Estado. Se ha dicho bien, se ha considerado solamente a 46empresas tran~ feribles, pero hay otras empresas transformables en empresas de economía mixta, bajando la capacidad determinante del Estado a un 20% para oxigenar la economía del país. Yo creo queestepla~ teamiento histórico es fundamental si queremos comprender la ma.B_ nitud del problema ya que no se trata de oponer privatizaciónve~ sus estatización, ese no es el problema, sino que el Estado actúe más allá de ellas y dentro de una concepción democrática y no to talitaria. Muchas gracias. 36 3. Ampliación o Réplica a las Ponencias 3.1 Senador Gastón Acurio Había dicho inicialmente que la discusión del tema que nos había congregado suponía su examen bajo el contexto legal, jurídico y las reales posibilidades actuales. No creo que sea útil para los efectos que ha convocado ' el Foro de ESAN el hacer un examen de la ideología o de la filosofía que sustenta la necesidad de hacer empresas estatales o la negación de las mismas. Creo que esto es una discusión interesante, importante, pero que niega de sí los alcances de la Constitución, la que precisamente en este momento nos da el marco legal para el examen de las empresas públicas·. Por esto, yo no quisiera entrar al aspecto de si las empresas pú blicas son innecesarias o entraban la economía de los países del mundo o si m?S bien son éstas las que deben sustentar la economía de determinados sistemas. Sino, que estamos dentro de un régimen constitucional y dentro de un régimen legal que señala claramen te cuál es el ámbito empresarial del Estado. Quién quisiera s~ lirse de ese ámbito puede presentar las reformas constitucional les pertinentes. Pero de hecho, la constitución señala con toda claridad cuál es el ámbito empresarial del Estado. Yo creo que otro de los temas que había solicitado ESAN que se interrogara y que hasta este instante no lo hemos hecho, es pr~ cisamente la gestión de la empresa pública. ¿Cuáles serían las maneras que propondríamos para la gestión y consecuentemente pa rala búsqueda de la eficiencia de la empresa pública? De alguna manera ESAN ha propiciado programas para dar cursos especiales a empresarios o funcionarios públicos. Yo estimo que, en general la profesionalización de los mismos no debe tener muchas diferen cías con las del sector privado, aunque sí es siempre muy impar tante remarcar la diferencia de objetivos. Mientras que en las empresas privadas el objetivo fundamental es la utilidad, la ga nancia ,en la empresa pública es el desarrollo nacional, es el bi~ nestar público; y en eso, obviamente, no pueden haber comparacio nes entre libros de contabilidad de una empresa pública con una empresa privada. Las diferencias son obvias y esto debe ser muy bien entendido. Por esto es que hay, muchas veces también, re clamas de presidentes, gerentes de corporaciones o de empresas públicas, y estos reclamos los hemos recibido conjuntamente con el Senador Malpi~a en la Comisión de Presupuesto en relación a las disposiciones que la ley da para el manejo de la empresa p.§_ blica. Se nos dice que los controles son muchos, que las obligaciones de licitaciones públicas son muy exigentes, que eso no existe en la actividad privada. Es verdad que estas exigencias no existen en empresas privadas, porque está en juego el capital de particul~ res; pero desde el momento en que está en juego el capital del 37 Estado, el patrimonio del Estado, la Constitución obliga a que se realicen licitaciones públicas. Para esto también ha sido muy importante el examinar o el precisar, y el proyecto de ley que está en discusión lo hace, a qué debemos denominar patrimonio del Estado en las empresas. Algunos han querido que se fijara solamente en el capital, y no es así, nos hemos opuesto. Cree mosque es el patrimonio de .la empresa. Los fondos públicos los hemos fijado como el patrimonio de la empresa, y no necesaria­ mente como el capital de la empresa, conceptos entre los cuales hay mucha diferencia. La licitación es una obligación, hay que hacerla. Son normas que necesariamente deben cumplirse; entra han de alguna manera la agilidad, la fluidez de una empresa p~ blica, es evidente, pero el Estado tiene que controlar sus f on dos. La empresa pública también tiene algunas ventajas, así como tie ne algunas desventajas. Frente a la empresa privada tiene alg~ nas ventajas, por ejemplo los propios subsidios que el Estado le proporciona permitiendo los monopolios estatales, porque la Cons titución permite el monopolio estatal y solamente lo impide e~ presamente para el caso de empresas que se dediquen a prensa, ra dio, televisión y en general a los sistemas de expresión públI ca. Hubiera sido interesante examinar todos estos aspectos de la gestión de la empresa pública, aunque yo no comparto un tema que se sugiere en el documento en relación a la necesidad de la permanencia en la gestión empresarial, es decir, a la permanen cía del presidente o del gerente en una empresa del Estado. No estoy de acuerdo con ello, no creo que sea una medida necesaria ni justificada para mantener la eficiencia de una empresa públi ca, eficiencia entre comillas, porque es evidente que las empre sas públicas como instrumento de desarrollo del país responden a una política de gobierno y cuando hay cambios de gobierno , éste, el nuevo gobierno, puede y debe cambiar a los presidentes y a los gerentes, quiénes deben responder a una política -totalmente distinta. La empresa pública cumple una función política, cum ple una función totalmente distinta a los objetivos de la empr.!:_ sa privada y esto es, creo, algo que hay que puntualizar. 3.2 Diputado Luis Alva Castro Yo pienso que este tema en debate nos conduce definitivamente, a la fijación de grandes conceptos en torno a aspectos que podría­ mos considerar son macroeconómicos y microeconómicos. Yo entien do perfectamente lo que ha señalado el Senador Polar, y, natural mente, yo respeto las opiniones que aquí se han vertido, tanto por el Senador Acurio como por el Senador Malpica. Pero natural mente ni en el país ni en ningún otro país que pretenda impulsar su desarrollo nacional, que pretenda movilizar sus recursos y 38 sus capacidades humanas y productivas, se puede pensar absoluta y totalmente en una economía liberal, donde se considere que el mercado es el único y el mejor asignador de los precios y los recursos; donde, como aquí se ha dicho, el Estado cumpla sola mente un rol subsidiario; es decir, que sea un simple observa doro, como se habría tímidamente señalado, sea un regulador in directo de la actividad económica nacional. Lo que sencillamente deseo recordar es que esta liberalización de la economía solamente existe en los textos académicos, por que en ningún país, salvo excepcionales y casos muy marginales~ se puede hablar en estricto de una total aplicación de conceE tos liberales ya que están realmente superados en el actual de sarrollo del contexto internacional. Yo no creo, sinceramente, que debamos insistir en temas y en conceptos que no nos condu cen definitivamente a la solución del problema entre manos, el de definir conceptos sobre la actividad empresarial del Estado. Yo pienso que dentro de estos concept,os macroeconómicos, hay te mas que nos podrían ocupar muchas horas del debate sobre la pro pia estructura económica, sobre la redistribución del ingreso y de la ocupación, sobre el propio desarrollo económico y la pla nificación, sobre la propia inversión, sobre la estructura y el capital, sobre la balanza comercial, sobre la balanza de pagos. Es decir, si el Estado abandona su rol fundamental, no único y exclusivo, pero sí fundamental en la conducción de la economía del país, o movilizamos los recursos o paralizamos el país; es decir, acometemos la tarea de hacer que el país progrese, que el país se desarrolle, que creemos empleos productivos, que de sarrollemos todas nuestras capacidades,o nos detenemos a hacer un país que se convierta en un simple observador, con absoluta y total dependencia hasta donde puedan sus fuerzas resistir. Considero que hay conceptos macroeconómicos que definen clara mente, desde el punto de vista constitucional y desde el punto de vista de la necesidad y del interés colectivo del país, una participación del Estado, y entiendo perfectamente quea·renglón seguido sobre estos conceptos que definen y deslindan una y otra posición, se trata de presentar que la actividad empres~ rial del Estado deviene ineficiente, inadecuada y, · sobretodo, que debemos casi cancelarla. Algunas veces se retrocede en el concepto, pero el trasfondo de todo esto es cómo acabamos con esta actividad empresarial del Estado que tratamos de presenta.!:, la como que no sirve absolutamente para nada. Yo en ese sentí do deseo precisar que debemos volver un poco la mirada. 39 Yo plantearía el problema al revés: ¿No son acaso las mismas cau sas y los mismos problemas los que han afectado tanto a la empre sa privada como a la. empresa pública? ¿Acaso los mismos argume"ñ" tos que esgrime el gobierno: crisis internacional, desastres na turales, herencia, y por qué no le agregamos una política econ6 mica equivocada, no son válidos para las empresas públicas? La política de apertura que se inició a partir de 1980 ¿solamente afectó a las empresas privadas y no a las empresas públicas? Por este conjunto de realidades, los resultados de las empresas P-Ú blicas presentan estos cuantiosos déficits. Esta es una reali dad absoluta y total que yo estoy dispuesto a discutir en todos los niveles y en todos los terrenos que sean necesarios, porque tenemos que entender que esto es así. ¿Acaso no es cierto que ha habido competencia desleal, que ha habido precios de dumping de productos subsidiados iguales o similares a los que producía la empresa estatal, que ingresaron al país con la política de li beralización de la economía? Es cierto que eso sucedió, y es cierto que las empresas estatales fueron conducidas poco a poco a una situación difícil, calamitosa, deficitaria. Recuerdo que el propio presidente de SIDERPERU, al sustentar su renuncia señala y precisa que él se retira porque ve que la polí tica económica que ha sido implantada en los últimos años ha lle vado a la empresa a una situación realmente difJcil, agravando el propio problema estructural que ya tenía dicha empresa. De modo pues, yo creo que en ese sentido hay que mirar con mucho realismo aspectos macroeconómicos que son verdades absolutas · a las cuales no podemos renunciar, porque sino yo me remitiría a los países centrales y altamente desarrollados que han llegado a los niveles de desarrollo que tienen ahora. Preguntémonos si ellos no tuvieron una activa participación en la conducción de la economía nacional. La tuvieron. Lo que ocurre y sucede es que estos conceptos están claramente definidos en la Constitu ción y nadie los quiere abandonar ahora. Inclusive, cuando ca menzamos a hablar en relación a desprendernos de tales o cuales empresas, nadie está ahora en desacuerdo en que hay un conjunto de 20 empresas, que representan más o menos el 90% del patrim~ nio de la actividad estatal, que debemos cuidar, proteger y en todo caso hacer eficientes . Este es el gran problema central que tiene el país en estos mo mentas, y que tenemos todos los peruanos como gran responsabili­ dad, de ver qué tipo de normatividad tenemos que dictar, qué ti pode organización, de planeamiento, de gerencia, de directorios especializados, de control, de autonomía, de racionalización, de contratos entre Estado y empresa, como existen en el Brasil,etc; es decir, cómo es que entramos definitivamente a afrontar inme diatamente este problema, es algo de lo que todos son conscieE. tes que debemos continuar desarrollando, pero vamos a desarro llarlo bien. 40 No creo, sinceramente, que deba ser prioritario, o que deba ser fundamental que nos pongamos a vender las empresas públicas,que debamos vender tales o cuáles empresas públicas, a sabiendas de que no hay ahorro interno suficiente en el país para poder com prar esas empresas y que las vamos a entregar a la actividad ex tranjera y al gran capital extranjero. Lo importante es que nos pongamos a examinar lo que tenemos en tre manos. ¿Cómo es que hacemos más e f icientes estas . 20 empre -;: sas, cómo es que mejoramos su producción, su productividad, c~ mo es que nos proponemos, como dije hace un momento, mejorar el 10% y con ese 10% obtener un resultado mucho más positivo del que estaríamos obteniendo vendiendo las empresas públicas, que es lo que origina el debate ahora? Estoy seguro que habrá en él país un acuerdo nacional en la medida en que presentemos e~ te problema como fundamental. ¿Cómo es que miramos el futuro,en el mediano y en el largo plazo, de todas las empresas públicas que son las que más nos preocupan, que son las que más nos inte resana todos los peruanos? 3.3 Senador Carlos Malpica La primera vez que el Senador Polar trató sohr:e empresas estata les hizo un discurso muy semejante al que hoy día le han escu chado, y yo, pacientemente durante tres años, le estuve demos trando que sus argumentos eran falsos, en la última etapa que discutimos el proyecto de ley empleó algunos argumentos bastan te más sofisticados. Yo la verdad creí que había mejorado bai tante pero después de haberlo escuchado atentamente, en defin_!. tiva, es reaccionario. No es para que se ofenda, porque es la verdad. Y le voy a repetir los argumentos que durante tres años le he estado repitiendo. No tiene nada que ver la planificación centralizada, con la di~ tadura, y vamos a ejemplos históricos. ¿Acaso en la Alemania de Hitler había planificación centralizada? no había. ¿Acaso ha habido planificación centralizada durante las casi cuatro déc~ das de dictadura de Franco? Tampoco. ¿Acaso ha habido planifi­ cación centralizada durante la dictadura militar de los gener~ les argentinos o de los generales uruguayos? Todo lo contrario eran librepensadistas, neo-liberales, influidos por las tesis de Friedman y las tesis de la supletoriedad y de la subsidiari dad que introduce en América Latina,Martínez de Hoz. ¿Acaso en Haití de Duvalier existe planificación central? Y es una dicta dura bárbara. ¿O en Guatemala existe planificación central? ¿En la Nicaragua de Somoza acaso existía la planif icación cen tral, o grandes empresas estatales? No ¿Y en Chile de Pinochet existe una planificación central? Todo lo contrario, neo-libe 41 ral, de Friedman, Chicago Boys y sus inspiradores. No tiene na da que hacer una cosa con la otra. Debido a la planif icación central es que países semi-feudales, atrasados, han pasado en pocos años a ser modernos países indus trializados, ¿Con alto costo social? Sí, con alto costo s~ cial, pero menor costo social que el que tuvo occidente con el proceso de industrialización del siglo XIX, y con un costo infi nitamente menor al de los pueblos de América Latina que lo p~ gan no con su desarrollo, sino con su subdesarrollo. La gente en Lima está muriéndose de hambre y el Perú no está desarrollán